lunes, 7 de julio de 2008

Nieve y soledad


Afuera esta nevando, los copos caen despreocupadamente, sin prisa… el viento sopla fuerte, moviendo los árboles, que se tambalean inseguros sintiéndose frágiles ante la furia del vendaval.
Yo miro por la ventana, con la esperanza de que la nieve se lleve mis preocupaciones, algunas lagrimas resbalan por mis mejillas, pero son detalles mínimos, a los cuales ya no les doy importancia, miro mi reflejo en el vidrio, pero no lo reconozco, quien me arrebato la sonrisa? Vos, esa es la respuesta mas lógica.
Miro sin mirar hacia fuera, con la vista perdida, diversas figuras se forman y se desarman, y te veo, y me veo, tan libres, tan jóvenes, tan juntos…
Y pensar que hace un año me despertaba junto a ti todas las mañanas, y dormía entre tus brazos, ¡quién diría que hoy, un año después todo se habría perdido!. Imposible olvidarme de las noches en vela hablando sobre las vueltas de la vida, imposible no acordarme de la seguridad que me brindabas, de tus caricias distraídas y de tu sonrisa, que sin duda iluminaba mis mañanas.
¿Como te arranco de mi? ¡Me dabas tantas ganas de vivir! Tantas ganas de entregarte toda mi vida, aunque ya te pertenecía en cierto modo…
Y ahora pienso que no debí cometer ni un tercio de los errores que cometí, ¿será que en verdad tuve la culpa o que tu discurso defensivo me convenció de que yo cause esta separación?, no creo tener una respuesta para estas preguntas, ni para estas ni para todas las que arman fila en mi cabeza para ser contestadas…
La nieve sigue cayendo y las agujas del reloj siguen girando, lentamente pero sin llegar a detenerse, mi vista sigue perdida y también seguimos nosotros en mi mente caminando y riendo a lo lejos. Imaginándonos me olvido de la realidad, imaginando sigo viviendo, aunque sin ti ya ni ganas me quedan…


Martina. P

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